Preguntas Frecuentes

Esta es una pregunta que se presenta en la mayoría de las personas que y transitan un duelo, la respuesta tiene varias consideraciones, ya que en realidad cada persona transita su duelo conforme haya sido su niñez, conforme su temperamento, sus creencias limitantes, su mochila de vida, sus creencias espirituales, su árbol genealógico, sus duelos anteriores, en fin, como se puede apreciar, son varios aspectos los que determinan la duración o la resignificación de un duelo, pero también no hay que perder de vista si esa situación ya se terminó o se sigue experimentando como por ejemplo el caso de una divorcio en proceso legal, una enfermedad degenerativa, etc. Pero tratando de tener una respuesta para ciertos duelos, podemos aproximarnos a un periodo de 2 años que es lo que puede tomarnos resignificar un duelo, también, hay que decirlo, si la persona tiene las herramientas para hacerlo o la ayuda profesional que la acompañe en este proceso.

Un punto importante que trabajo en las sesiones es el hecho de que en un duelo no hay retrocesos, la mente terrenal puede llevarte a juzgar eso que sientes, pero ten muy presente que en un duelo hay altas y bajas pero no retrocesos. Y es que muchos consultantes, al transitar de una etapa a otra del duelo, parece que entran en una fase de tranquilidad, pero algún recuerdo, aroma, sonido, canción, palabra, pensamiento o persona puede detonarles un recuerdo y nuevamente se presenta el llanto, enojo, tristeza o miedo con gran intensidad, pero es importante que lo tomes en cuenta, un duelo es un proceso, donde hay altas y bajas pero no retrocesos, y sobre todo ten presente que transitar de una a otra etapa puede haber este tipo de experiencias que te lleven a experimentar alguna emoción intensamente, pero trata de no juzgar eso que sientes o eso que se te presentó que por algo llegó a tu vida, solo siéntelo, llóralo, grítalo, escríbelo, vomítalo y continua con tu proceso, la mente te dirá que retrocedes, pero recuerda que la mente humana tiende a juzgar todo lo que recibe o casi siempre es para hacerte sentir culpable o con miedo. En todo duelo, hay altas y bajas pero no retrocesos, todo es parte del proceso.

La mente humana no para de generar pensamientos negativos, y a su vez estos pensamientos negativos se convierten en emociones negativas, además de esto, el clima influye, si es un día soleado o nublado, la alimentación influye, el sueño influye, de manera que ten presente que al transitar un duelo puede suceder esto, que unos días te sientas muy bien y otros días te sientas muy mal, para ello, recomiendo varias herramientas tanto en la guía de tanatología que puedes descargar en esta página web, y las herramientas para transitar tu duelo con otra perspectiva, sobre todo recuerda que eres un ser vivo que acompañas a este planeta que de igual forma está vivo y nuestras energías se sincronizan con todo y con todos, esto también puede llegar a sucederte, pero lo principal es que pongas atención a tus pensamientos, date cuenta en lo que estás pensando, como dice Joe Dispenza: ̈donde pones tu atención, pones tu energía. ̈. Si transitas un duelo, piensa en lo que estás pensando y date cuenta si tu mente o tu ego te quieren llevar a la silla de la víctima, y recuerda: tú no eres tus pensamientos y si mantienes tu energía vital vibrando alto, estos días donde no te sientes tan bien se presentarán muy esporádicamente, pero tenlo por seguro que se presentarán.

Socialmente se ha juzgado el hecho de que una persona llore, y sobre todo si es en público o en un lugar donde muchas personas puedan verle. Pero recuerda muy bien esto: llorar es sanar, Nuestro cuerpo físico obtiene una gran cantidad de beneficios cunado lloramos y liberamos todas esas emociones negativas que se van acumulando en un duelo. Si tú fuiste programado para no llorar por todas las creencias limitantes que esto representa, trata de romper o rompe esta creencia limitante y llora, cada vez que lo sientas, donde estés y con quién estés, estás transitando un duelo y si las personas que están contigo en el momento que venga tu llanto te juzgan, será problema de esas personas, no tuyo, y quizá te dirán muchos argumentos para que pares y dejes de llorar, pero tú te estás liberando de ese gran dolor y sufrimiento que llega por transitar un duelo. Si tienes ganas de llorar, llora, llora todo lo que venga a ti y verás cómo tu cuerpo físico entra en una etapa de reparación y te sentirás mejor. Incluso, si después de llorar sientes una ganas profundas de dormir, trata de descansar, tu cuerpo físico se está comunicando contigo, y también te acompaña en tu proceso de duelo, así que es mejor hacerle caso a tu cuerpo físico que a las creencias sociales que son muy limitantes. No te contengas y llora tu duelo.

El tiempo que sea necesario. La persona que transita un duelo, al abrir su corazón para poder trascender esa pérdida, se da cuenta todo lo que lleva guardado en su mochila de vida y que es importante atender, y casi siempre aparecen duelos del pasado que no fueron atendidos ni llorados en su momento, pero el dolor sigue ahí, enterrado, pero no disuelto, de manera que el dolor y sufrimiento el duelo actual se intermezcla con el sufrimiento de experiencias pasadas que también salen al atender el duelo. Por ello, trata de no juzgar si lloras más o lloras menos tiempo, LLORAR ES SANAR. Si tu cuerpo físico tiene ganas de llorar hazle caso, quizá tu mente o tu ego, no lo entienda o no encuentre una razón lógica, pero recuerda que todos somos como un iceberg y que debajo de este gran iceberg hay un sinfín de emociones guardadas que necesitan ser liberadas. Recuerda que en el llorar hay un gran proceso de sanación. Para poder resumir esta respuesta con una metáfora, imagínate un cielo cargado de nubes y truenos, en este caso es necesaria la tormenta para que pueda volver a brillar el sol.

Te invito a que puedas ver en los videos que publicado en You Tube la respuesta a esta pregunta. En la parte de abajo de esta página también puedes visualizar mis videos o en mi canal de you tube, me encontrarás como: sanatuduelo.

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Socialmente cuando tenemos una pérdida, lo que nos dice es: ̈que encuentres pronta resignación ̈. En realidad, desde mi experiencia no le doy herramientas a los consultantes para que se resignen al transitar un duelo, todas las herramientas que les proporciono son para que RESIGNIFIQUEN SU DUELO y no para que se resignen. Y no solo eso, en las sesiones, los consultantes reciben la palabra RESIGNARSE como un: renunciar, someterse, olvidar, es como un no hacer nada ante lo que se vive, y esto no abona a favor para resignificar un duelo, incluso, la palabra o concepto resignación no está dentro de las etapas del duelo.

Para trascender un duelo y poder resignificarlo no hay que renunciar, someterse u olvidar a nadie ni nada, un duelo es una experiencia de vida que llega a nosotros para: mostrarnos algo, para sanar algo que tenemos pendiente, para recordar lo que somos y hacia dónde vamos, para recordarnos que somos mucho más que solo entes terrenales, para recordarnos que tenemos la capacidad de trascender esta experiencia como lo hemos hecho a lo largo de muchas vidas pasadas, para abrirnos nuevos caminos que nunca antes habíamos imaginado, para darle un sentido diferente a nuestra vida y recordar nuestra misión de vida, para darnos cuenta que no somos ̈victimas ̈ de nada ni de nadie, para darnos cuenta que todos estamos unidos eternamente y en diferentes dimensiones, para darnos cuenta que nada en nuestras vidas sucede por casualidad, para darnos cuenta a quién y por qué hemos elegido como grandes maestros de vida en esta dimensión, y con el trabajo en las sesiones, para darnos cuenta que todo sucede por un plan mayor que nuestra mente no puede concebir y para darnos cuenta que todos estamos unidos con el todo de por vidas. Si estás transitando un duelo, NO TE RESIGNES, MEJOR RESIGNIFÍCALO. SANA TU DUELO.

Sólo escucha tu corazón y ahí está tu guía siempre. Si no tienes el ánimo de celebrar no tienes por qué celebrar, date tu tiempo para trascender tu duelo, para resignificarlo. Habrá muchas personas que te presionen, te digan que ̈debes de ̈ o ̈tienes que ̈ , pero el único que manda es tu corazón, y tómate el tiempo que requieras, para la mente humana hay prisa, hay urgencia, pero para tu corazón todo es parte de un proceso, ya habrá el momento de celebrar lo que se te presente si así lo quieres, pero por ahora no te sientas forzado a hacer algo que no quieres. Si estás transitando un duelo, date cuenta que traes una herida emocional que ninguna celebración va a sanar, solo tu corazón puede hacerlo y esto requiere que vayas a tu interior y sanar, recuerda que todo sucede en tiempo perfecto, ni antes ni después, sólo escucha tu corazón. Si te juzgan o critican o se molestan contigo, trata de ser compasivo, es el ego de las personas que lo hacen y que de alguna u otra manera quieren desde su punto de vista ̈ayudarte ̈, pero tú eres la o el que transita el duelo y solo tú decides: sin presión, sin juicio, critica o condena.

Sí, recuerda que un duelo es toda pérdida significativa en la vida, de manera que sería conveniente que tengas ayuda profesional para que puedas trascender esto que vives y lo puedas resignificar. Una infidelidad tienen muchos aspectos que sanar en ti, a las personas no las puedes controlar, pero tú, si ya es tu momento, tienes una gran cantidad de posibilidades para vivir esto desde otra ¿ACABO DE VIVIR UNA INFIDELIDAD Y SIENTO QUE PERDI EL RUMBO DE MI VIDA, ESTO TAMBIEN ES UN DUELO? perspectiva, y como lo expreso en todos los casos, trata de no juzgarte, culparte o condenarte, una traición o una infidelidad, como sea que la estés experimentando también es una gran maestra de vida que tú decides si repetir o reparar, siempre primero por ti. Por el hecho que sea, perder el sentido de la vida no tienes por qué juzgar como malo, incorrecto o como fracaso, date la oportunidad de entrar a esta experiencia en las sesiones y te darás cuenta del gran mensaje que hay detrás y que quizá por ahora no puedes verlo. Muy probablemente tu ego te llevará al enojo, la culpa o la frustración, pero es ahí justo donde tu ego, tu parte oscura y tu mente te controla para sentarte en la ̈silla de la victima ̈, date cuenta que nada de eso es real y que puedes reencontrar tu paz y resignificar esta infidelidad.

Cuando estamos transitando un duelo es importante saber que el enojo es parte del mismo. Incluso una de las etapas del duelo ( etapa 2 ) es el enojo. Socialmente desde nuestra infancia se nos enseña a reprimir nuestras emociones: no llores, no te enojes, no te pongas triste…y cuando llega un duelo es todo lo contrario, es muy importante darnos la libertad de sentir todo eso que llega a nosotros; miedo, culpa, tristeza, soledad, frustración o enojo, de no liberar esto que sentimos, podemos prolongar nuestro duelo por años y sobre todo, que esas emociones negativas no liberadas comiencen a afectar nuestro cuerpo físico mediante enfermedades incluso crónicas. Ahora bien, socialmente también se nos ha inculcado la idea de un Dios castigador o vengativo, pero cada vez más personas comienzan a despertar su parte espiritual y logran darse cuenta que Dios es amor incondicional, es decir, te ama tal y como eres, y aun cuando tu mente te diga que eres imperfecto, recuerda que nada en el universo es imperfecto, todo cuanto existe y sucede es perfecto como es. Si estás transitando un duelo y sientes enojo hacia Dios, no te juzgues por eso que sientes, no te condenes, no te critiques, recuerda que estás en un proceso y que Dios está dentro de ti y que todo es parte de un plan perfecto. Si estás enojada o enojado con Dios no serás condenado por lo que sientes. Un duelo trae consigo muchas emociones negativas por lo que si sientes enojo hacia Dios que esto no te genere más culpa o enojo hacia ti mismo. Recuerda, todo es parte de un proceso así como un duelo, la vida y la evolución de tu consciencia. Recuerda quien eres, recuerda para que estás aquí.