Depresión

Cada vez más son las personas que toman las sesiones y que han sido diagnosticadas con depresión e incluso que están siendo medicadas para tratar su depresión, llegan a consulta porque llevan años viviendo la depresión y no hay paz en su corazón, muchas de estas personas me refieren que a pesar de haber estado en varios procesos para tratar su depresión no solo no disminuye o desaparece. Ten muy presente esto si es tu caso o tienes a alguien cercano con depresión que pide ayuda: detrás de la depresión hay una gran tristeza, es necesario ir hasta la infancia, desde los cero a los 9 años y encontrar esa primera profunda tristeza que se generó en la niñez para poder sanarla. Recuerda bien, las heridas de la infancia si no se sanan, la vida, Dios o el Universo, como quieras llamarle, te va a poner enfrente esa misma experiencia cuantas veces sea necesario, misma experiencia con diferentes personas, para recordarte esa primer profunda tristeza que tienes que sanar desde que eras niña o niño, y sanar esa herida de tristeza desde la infancia implica ir hacia ella: mirarla, adentrarte a ella, limpiarla, llorarla, perdonarla, aceptarla, soltarla, honrarla. Pero si es muy importante que vaya a tus primeros años de vida e incluso si fuiste una hija o hijo deseado, ve lo más atrás que puedas y al encontrar tu herida de la infancia, mírala de frente y entra a ella. Esa herida podrá estar contigo toda la vida, pero entrando a ella puede cicatrizar y recordarte que eso que viviste, por muy doloroso que haya sido, te hizo más fuerte y no más débil, que si llegó a ti es porque tienes la capacidad de trascenderla, que es una invitación a mirar desde tu parte luminosa esa zona donde aún hay tristeza en ti, que lo que haya sucedido tiene un propósito para un bien mayor que quizá por ahora no comprendes o no puedes ver y que quizá también sea parte de varias generaciones en tu árbol genealógico.